El Jardín Botánico Atlántico es el primero del noroeste de la península Ibérica y ha optado, frente a planteamientos enciclopédicos con pretensiones de universalidad, por ser un jardín especializado y unitario, el único de nuestro entorno especializado en la flora y la vegetación de los territorios atlánticos.
Tomando el Atlántico Norte como eje conductor, su visita permite descubrir no sólo la flora y vegetación cantábrica, sino también la gran diversidad vegetal que se desarrolla en torno a este basto océano.
Desde el punto de vista interpretativo, el Jardín desborda por completo el ámbito de la mera clasificación e identificación de las plantas que contiene, para ofrecer una información más amplia: contexto, historia, usos humanos, función en los ecosistemas… El logro de dichos objetivos se basa no sólo en el diseño vegetal sino también, y muy intensamente, en un diseño museográfico cuidado que se apoya en diferentes soportes: exposiciones, audiovisuales, paneles informativos, guías auditivas…
El recorrido oficial se inicia en una sala de proyecciones donde se introduce al visitante al mundo botánico atlántico a través de un breve documental.
Saliendo, nos encontramos las cuatro torres de acero y cristal que se iluminan con luz cenital por la noche. Estas torres son invernaderos alrededor de los que se articula el jardín en cuatro entornos: el Cantábrico, la Factoría Vegetal, el Jardín de la Isla y el Itinerario Atlántico.
Historia
El JBA es un jardín joven, en la actualidad en pleno desarrollo. La idea de crear un Jardín Botánico en Gijón es un proyecto contemplado por su Ayuntamiento desde los años finales del siglo pasado.
Tras varios años de trabajo, se lograron reunir los fondos (proporcionados por la Unión Europea, Principado de Asturias y Ayuntamiento de Gijón), y los terrenos (cerca de 25 hectáreas). En Abril de 2003, abrió sus puertas la primera fase del Jardín, casi 16 hectáreas, de colecciones y espacios de alto interés. En Jardín ha incorporado a sus colecciones El Jardín de la Isla, es un jardín histórico con más de 150 años, y el monumento natural de la Carbayeda del Tragamón, un bosque natural excepcional con árboles de hasta 400 años
A primer golpe de vista, cuatro torres de cristal a modo de invernaderos nos presentan y resumen las cuatro áreas temáticas por las que pasaremos a lo largo de este paseo que ahora se inicia.
Dentro de la primera, un laurel, un árbol típico de las zonas más cálidas del Entorno Cantábrico, es el primer destino. En la segunda torre, un olivo y una vid. Son el símbolo de cómo el hombre ha domesticado y cultivado las plantas a lo largo de los siglos. Hombre y plantas mantienen abierta desde hace siglos una Factoría Vegetal que también conoceremos. La tercera torre nos lleva a un evocador jardín. Vemos un tejo recortado como los del Jardín de La Isla, nuestro tercer paseo entre camelias, cedros y cascadas de agua, un monumento a la jardinería de todos los estilos y tiempos. Y en la cuarta torre, Mesoamérica, un gran helecho arborescente de aquellas tierras, porque serán también parte del Itinerario Atlántico que nos demuestra que las plantas fueron los primeros seres interculturales a ambos lados del océano.
Este es el museo vivo y cambiante de nuestra historia natural, la que nos lleva a la noche de los tiempos. Este es un viaje que comenzó hace más de 4.500 millones de años en una Tierra primigenia, en cuyas aguas, poco a poco, van apareciendo seres vivos, primero microscópicos y luego cada vez más complejos y diversos. Hace poco, sólo unos 450 millones de años, en el periodo que ahora llamamos Devónico, aparecen los primeros vegetales capaces de salir del agua y lentamente colonizar las tierras firmes. Son las primeras plantas, todavía sin semillas, que dispersaban esporas, como los helechos actuales. Un paludario nos las muestra. Con ellas comienza la historia del planeta verde que empezamos a recorrer.
A partir de este momento, el mundo comienza a ser verde, porque hasta ahora su color era el de las rocas desnudas, porque aún no existían las plantas que lo irán cubriendo.
Bajo las 4 torres
Ya estamos dentro del mundo verde, dentro de nuestra propia historia. Vemos ahora las cuatro torres desde otro ángulo. En su base, cinco pequeños parterres que resumen en miniatura todo lo que vamos a ver en tamaño «natural” a lo largo de este paseo.
La primera plantación acoge plantas endémicas, raras o amenazadas en nuestro entorno geográfico. El segundo cuadro de plantación nos muestra otras plantas del Entorno Cantábrico. El tercero, las que el hombre ha usado y usa en su vida cotidiana, las que veremos en la Factoría Vegetal. El cuarto recinto se dedica a las plantas ornamentales, es un resumen y un adelanto de lo que veremos en el hermoso Jardín de La Isla. En el quinto, los plantas del Itinerario Atlántico.
Iniciamos ahora un largo camino que recorreremos juntos y que nos ayudará también a saber quienes somos, por qué comemos así y no de otra forma, cómo era esta tierra en los albores del mundo, por qué nuestro planeta es tan verde como azul, o cómo son otros paisajes casi gemelos al nuestro y, sin embargo, muy lejanos. Las plantas serán a partir de este momento nuestras guías. Helechos, malas hierbas, robles centenarios, enredaderas, plantas comestibles, curativas y venenosas, camelias o cedros del Líbano nos esperan ya para susurrarnos su historia.
Jardín cantábrico
Para acceder a este jardín debemos cruzar un puente de madera. Está estructurado en pequeñas parcelas entre las que se distinguen las destinadas a los bosques cantábricos y sus etapas seriales: los matorrales entre los que destacan los brezales y aulagares, las praderas cantábricas, la colección de helechos y musgos, la colección de plantas hidrolilas, acuáticas y anfibias….
La Factoría Vegetal
Este es el jardín etonobotánico que se organiza en cuatro áreas: frutales, huertos, jardín de hierbas, malas hierbas e invasoras, y ajardinamiento tradicional asturiano de la Quintana.
El Molín de Rionda es el centro de la Factoría, y tiene como objetivo mostrar una gran variedad de plantas útiles para el hombre en el ámbito atlántico.
El Jardín de la Isla
Este jardín histórico desde 1870, fue creado por el industrial gijonés Florencio Valdés. Se ha mantenido el trazado original romántico, lo que permite apreciar elementos básicos en la jardinería de los últimos 200 años. Su restauración se ha visto enriquecida con algunas colecciones de los grupos de plantas ornamentales más representativos. En este incomparable marco paisajístico, podrás pasear, descansar, o dejatse llevar por la belleza, majestuosidad y aroma de plantas de todo el mundo. El agua y los pantanos de sombra son los protagonistas del Jardín de la Isla
Itinerario Atlántico
A través de un pequeño puente de piedra entramos en un espacio en medio de un bosque de Quercus robar, con un sotobosque muy rico. Senderos de madera discurren por la zona de la Carbayera. Aquí se preserva el jardín de la influencia de los visitantes para no alterar significativamente las condiciones de vida de un entorno natural frágil.
El camino elevado, delimita las zonas donde se puede acceder y consigue respetar las condiciones y la humedad del suelo.
Información general
Dirección
Av. Jard. Botánico, s/n
33203 Gijon / Xixon
Horarios
Verano (Junio a Septiembre): de 10:00 a 21:00 horas
Invierno (Octubre a Mayo): de 10:00 a 18:00 horas
La taquilla cierra una hora antes que el recinto
El Botánico permanecerá cerrado todos los lunes, y los días 24, 25 y 31 de Diciembre y 1 de Enero
información y reservas. 985 130 713 / 985 185 130
Oficinas: 985 185 131
Fax: 985 130 685
jardin.botanico@gijon.es
Tiquets
Adulto 5,30 eur.
Niños gratuito
Juvenil 2,60 eur
Senior 2,50 eur
Consultar precio por grupo y abono verde
Posibilidad de visitas guiadas